Cientos, miles, decenas de miles... No sé cual es el número exacto. Existe un número de madridistas que nunca firmarán autógrafos. Nadie se hará una foto con ellos. No los veremos en las portadas de los periódicos deportivos de mayor tirada, ni siquiera en la propia revista oficial del Club.
No se hablará de ellos en las tertulias deportivas ni ofrecerán entrevistas o ruedas de prensa. No marcarán goles ni venderán camisetas con su nombre. Nunca conseguirán un contrato millonario con el Real Madrid. No vivirán en casas lujosas ni conducirán coches caros y no gozarán de la fama y popularidad que supone enfundarse nuestra zamarra como futbolista profesional.
No tendrán ningún privilegio y, a pesar de todo, son MITOS MADRIDISTAS.
Se desplazan miles de kilómetros a lo largo de la temporada para seguir al Club de sus amores. Llegan tarde a casa después del partido, prácticamente sin tiempo para descansar antes de ir al trabajo. Ahorran como pueden para pagar el abono de la temporada, el carnet de socio, las carísimas entradas o la televisión de pago. Sufren, ríen, lloran...a muchos incluso le cuesta la salud. Trasmiten su madridismo a generaciones de nuevos madridistas a los que regalan su primera camiseta, a los que llevan por primera vez al Bernabeu, con los que ven en el sofá de su casa los partidos y a los que abrazan cada vez que el Madrid marca un gol.
Muchos se juegan incluso el físico, se parten la cara por el Madrid, sufren la represión de la "Ley del deporte" y defienden nuestro escudo más allá de lo estrictamente deportivo.
Otros llevan su madridismo de manera anónima, sin estridencias, pero con una pasión desaforada. Con la esperanza, algún día, de ser reconocidos por el Club en su longevidad como socios. Los hay que, desde la distancia a España siguen todos y cada uno de los partidos del Real Madrid y ahorran para venir una vez al año al Bernabeu con el deseo de que un "bombo caprichoso" les acerque la posibilidad de verlo cerca de la tierra donde emigraron.
Algunos, por desgracia, ya no están entre nosotros, otros son "mitos en vida" y los más jóvenes no son conscientes aún de que se convertirán con el tiempo en parte importantísima del madridismo.
Mañana, como cada partido, muchos de ellos acudirán al campo. Cada uno con su propia historia a cuestas. Con la ilusión puesta en una Final contra nuestro eterno rival. Con esa sensación de sentirse imbatible. Esa sensación que solo el Real Madrid te da. Un poder del que solo gozan los MITOS, aquellos que tantos días de gloria han disfrutado, que tantas decepciones se han llevado y que, a pesar de todo, cuando llega el día del partido, sienten ese cosquilleo en el estómago, esos nervios a flor de piel que te hacen pensar que vas a ver algo irrepetible y esa manera de vivir el encuentro como si fuese el último. Algo, de lo que formarás parte y que te encargarás de contar a las generaciones venideras.
Sintiendo el madridismo desde la cuna hasta el último día, así se forja un MITO.
¡HALA MADRID!
28 agosto 2012
23 agosto 2012
NUNCA SERÁ UN "CLÁSICO DE LA CONCORDIA".
Aunque Relaño y el periódico que dirige se empeñen, un clásico Real Madrid-F.C. Barcelona nunca será "El Clásico de la Concordia".
Por más portadas encaminadas a difundir ese mensaje, más libros que escriba sobre el tema en cuestión o más editoriales que firme el "buenista" Director de As, una Madrid-Barsa siempre será mucho más que un partido de fútbol. Siempre será mucho más que una enesmistad deportiva en la que choquen estilos de juego o el "si tú me fichas tal jugador yo me vengo fichándote este otro".
Parece mentira que un director de un periódico deportivo, con décadas de trabajo en la profesión, no "quiera" enterarse de que va la película. Y entrecomillo el "quiera" porque de sobra sabe lo que ocurre aunque, como siempre, intente llevar por otros derroteros la rivalidad entre merengues y culés.
Una práctica habitual, por otra parte, esa de tratar de "desactivar" los verdaderos motivos del enfrentamiento. No mezclemos fútbol con política", dicen siempre, pero con ese lema lo único que consiguen es engañar a la gente e incumplir de manera sistemática su código deontológico profesional en el primero de sus puntos: EL RESPETO A LA VERDAD.
Y la verdad no es otra que la rivalidad Madrid-Barsa, Barsa-Madrid, es una rivalidad política. Por mucho que él trate de demostrar en sus libros que el "fichaje de Di Stéfano" empeoró más o menos la relación o que el "penalty de Guruceta" trajo consigo una guerra sin cuartel entre los dos Clubes.
Esos pasajes junto con otros, pueden tener más o menos peso en la Historia. Pero lo que es claro, indudable e incontestable es que en los Clásicos, por desgracia, (y digo bien, "por desgracia", lo explicaré más adelante) se da una lucha España-Cataluña, promovida interesadamente, no desde Madrid, sino desde la propia región catalana.
La Transición trajo consigo eso que le gusta repetir tanto a la progresía del "logro de las libertades"..., relativas, añado yo. Donde más proliferaron esas "libertades" fueron en el terreno separatista e independentista en algunas regiones españolas que, maquiavélicamente, trasladaron al mundo del fútbol sus proclamas, sus símbolos y adoptaron a determinados Clubes como una especie de "embajadores, representantes o selección nacional" de su utópico "país".
El Barcelona, por supuesto, es quizás el máximo exponente del "independentismo deportivo" y, sin entrar en sus propias paradojas y contradicciones, eso a estas alturas lo tiene todo el mundo medianamente claro. Salvo, al parecer, Relaño...
Cuando el madridismo, siempre orgulloso de España y patriota como pocas aficiones, ve la afrenta que desde finales de los 70 y principios de los 80 comienza a fraguarse en torno al "Mes que un Club", es cuando se responde de manera clara y contundente con la masiva presencia de banderas rojigualdas en las gradas del Bernabeu a las gradas plagadas de "Senyeras" y "Esteladas", así como a los primeros cánticos en los que se recuerda a la "madre de España" con el oficio más antiguo del mundo, y en el que a los madridistas se nos llama "españoles hjos de puta". O la "eterna" pancarta de "Catalonia is not Spain" que comenzó colgando un jovencísimo hijo de Jordi Pujol y que hoy día tiene su continuidad temporada si y temporada también en el Campo Nuevo.
Qué quiero decir con todo esto. Pues muy sencillo. El odio antiespañol, el catalanismo radical y el separatismo de las gradas de la afición Barcelonista es el principal motivo por el que un Clásico no puede ser un partido normal. Si la sangre española corre por tus venas es, literalmente imposible que asistas a un partido contra el Barcelona con "Imagine" de John Lennon de fondo mientras haces el signo de la Paz con los dedos.
Si estás orgulloso de ser español, no verás jamás un partido contra un FCB politizado por la piara separatista, como un simple deporte, mirándolo tan solo con "ojos deportivos" y comentando a tu amiguete de al lado si es mejor el toque o el contraataque.
Un partido contra esta banda de hipócritas, antiespañoles, fariseos, falsarios, jetas, chupópteros e "inventa-historias" nunca podrá ser un "Clásico de la Concordia". Por desgracia, como he dicho antes.
Y digo bien, "por desgracia", porque parece mentira que tengamos que consentir en este nuestro amado País, tantas muestras de odio hacia lo español por parte de quien comparte con nosotros el mismo DNI. Es surrealista que hayamos dado pie a la proliferación de nacionalismos periféricos cuyo único objetivo es la destrucción de España y que se han insertado como sanguijuelas en todos los ámbitos de la vida de esas Regiones, incluido el deportivo.
Cuando no quede ni un separatista en España. Cuando se consiga la unidad y la solidaridad real de todas nuestras Regiones. Cuando el ataque sistemático a España desde esas filas independentistas abandone, por ejemplo, las gradas del Campo Nuevo. Entonces y sólo entonces podremos empezar a hablar de "Clásicos de la Concordia", partidos en los que primará la rivalidad y el odio extrictamente deportivo, en los que si se podrán enfrentar dos estilos de fútbol, polémicas por fichajes o cualquier otro aspecto relacionado con el juego. Esperaremos sentados a ello.
Mientras nos insulten, mancillen nuestra Nación, aborrezcan el País de la Liga a la que pertenecen y aprovechen su propio Estadio para hacer manifestaciones de altra traición a la Patria, SIEMPRE NOS TENDRÁN ENFRENTE. Aunque Relaño no quiera enterarse de que va la película...
Por más portadas encaminadas a difundir ese mensaje, más libros que escriba sobre el tema en cuestión o más editoriales que firme el "buenista" Director de As, una Madrid-Barsa siempre será mucho más que un partido de fútbol. Siempre será mucho más que una enesmistad deportiva en la que choquen estilos de juego o el "si tú me fichas tal jugador yo me vengo fichándote este otro".
Parece mentira que un director de un periódico deportivo, con décadas de trabajo en la profesión, no "quiera" enterarse de que va la película. Y entrecomillo el "quiera" porque de sobra sabe lo que ocurre aunque, como siempre, intente llevar por otros derroteros la rivalidad entre merengues y culés.
Una práctica habitual, por otra parte, esa de tratar de "desactivar" los verdaderos motivos del enfrentamiento. No mezclemos fútbol con política", dicen siempre, pero con ese lema lo único que consiguen es engañar a la gente e incumplir de manera sistemática su código deontológico profesional en el primero de sus puntos: EL RESPETO A LA VERDAD.
Y la verdad no es otra que la rivalidad Madrid-Barsa, Barsa-Madrid, es una rivalidad política. Por mucho que él trate de demostrar en sus libros que el "fichaje de Di Stéfano" empeoró más o menos la relación o que el "penalty de Guruceta" trajo consigo una guerra sin cuartel entre los dos Clubes.
Esos pasajes junto con otros, pueden tener más o menos peso en la Historia. Pero lo que es claro, indudable e incontestable es que en los Clásicos, por desgracia, (y digo bien, "por desgracia", lo explicaré más adelante) se da una lucha España-Cataluña, promovida interesadamente, no desde Madrid, sino desde la propia región catalana.
La Transición trajo consigo eso que le gusta repetir tanto a la progresía del "logro de las libertades"..., relativas, añado yo. Donde más proliferaron esas "libertades" fueron en el terreno separatista e independentista en algunas regiones españolas que, maquiavélicamente, trasladaron al mundo del fútbol sus proclamas, sus símbolos y adoptaron a determinados Clubes como una especie de "embajadores, representantes o selección nacional" de su utópico "país".
El Barcelona, por supuesto, es quizás el máximo exponente del "independentismo deportivo" y, sin entrar en sus propias paradojas y contradicciones, eso a estas alturas lo tiene todo el mundo medianamente claro. Salvo, al parecer, Relaño...
Cuando el madridismo, siempre orgulloso de España y patriota como pocas aficiones, ve la afrenta que desde finales de los 70 y principios de los 80 comienza a fraguarse en torno al "Mes que un Club", es cuando se responde de manera clara y contundente con la masiva presencia de banderas rojigualdas en las gradas del Bernabeu a las gradas plagadas de "Senyeras" y "Esteladas", así como a los primeros cánticos en los que se recuerda a la "madre de España" con el oficio más antiguo del mundo, y en el que a los madridistas se nos llama "españoles hjos de puta". O la "eterna" pancarta de "Catalonia is not Spain" que comenzó colgando un jovencísimo hijo de Jordi Pujol y que hoy día tiene su continuidad temporada si y temporada también en el Campo Nuevo.
Qué quiero decir con todo esto. Pues muy sencillo. El odio antiespañol, el catalanismo radical y el separatismo de las gradas de la afición Barcelonista es el principal motivo por el que un Clásico no puede ser un partido normal. Si la sangre española corre por tus venas es, literalmente imposible que asistas a un partido contra el Barcelona con "Imagine" de John Lennon de fondo mientras haces el signo de la Paz con los dedos.
Si estás orgulloso de ser español, no verás jamás un partido contra un FCB politizado por la piara separatista, como un simple deporte, mirándolo tan solo con "ojos deportivos" y comentando a tu amiguete de al lado si es mejor el toque o el contraataque.
Un partido contra esta banda de hipócritas, antiespañoles, fariseos, falsarios, jetas, chupópteros e "inventa-historias" nunca podrá ser un "Clásico de la Concordia". Por desgracia, como he dicho antes.
Y digo bien, "por desgracia", porque parece mentira que tengamos que consentir en este nuestro amado País, tantas muestras de odio hacia lo español por parte de quien comparte con nosotros el mismo DNI. Es surrealista que hayamos dado pie a la proliferación de nacionalismos periféricos cuyo único objetivo es la destrucción de España y que se han insertado como sanguijuelas en todos los ámbitos de la vida de esas Regiones, incluido el deportivo.
Cuando no quede ni un separatista en España. Cuando se consiga la unidad y la solidaridad real de todas nuestras Regiones. Cuando el ataque sistemático a España desde esas filas independentistas abandone, por ejemplo, las gradas del Campo Nuevo. Entonces y sólo entonces podremos empezar a hablar de "Clásicos de la Concordia", partidos en los que primará la rivalidad y el odio extrictamente deportivo, en los que si se podrán enfrentar dos estilos de fútbol, polémicas por fichajes o cualquier otro aspecto relacionado con el juego. Esperaremos sentados a ello.
Mientras nos insulten, mancillen nuestra Nación, aborrezcan el País de la Liga a la que pertenecen y aprovechen su propio Estadio para hacer manifestaciones de altra traición a la Patria, SIEMPRE NOS TENDRÁN ENFRENTE. Aunque Relaño no quiera enterarse de que va la película...
20 agosto 2012
NUEVA TEMPORADA.
Comenzó la Liga, podía haberlo hecho de mejor modo pero comenzó, que es lo importante.
Nada cambia en este mundo futbolero que, de unos años a esta parte no es que se esté convirtiendo sólo en un negocio del que, por cierto, el que más partido saca es un marxista-troskista-comunista como Jaimito Roures sino que pretenden convertirlo en una especie de "deporte ñoño", en el que queda muy bien el "discursito" ese que tan de moda puso "La loca de Sant Pedor" y que su predecesor parece seguir a pies juntillas, despachándose con un enigmático "trataremos de dar ejemplo dentro y fuera del campo" en su primera rueda de prensa en un partido de Liga.
Como he dicho al principio, para nosotros no ha comenzado de la mejor manera posible, pero una vez hecha la autocrítica pertinente, lo que vimos ayer lo vimos, sin ir más lejos, el año pasado y ante el mismo equipo.
O cada día tengo menos idea de fútbol o en "La Masía" estudian periodismo el 99,9% de los locutores que retransmiten los partidos del Madrid. Vale que la primera parte fue floja pero, ¿en qué cabeza cabe hablar de "empate justo" vistos los méritos de unos y otros? ¡Coño! que la segunda parte fue un monólogo blanco que atrincheró en su área a los valencianistas y éstos no supieron ni quisieron hacer otra cosa que defenderse de nuestras embestidas.
Un Valencia que cada día resulta más repugnante, y ya es decir, que celebra los empates en el Bernabeu como victorias y al que, incomprensiblemente, nutrimos de jugadores (independientemente de su calidad) sin ponerles ninguna pega, facilitándoles los traspasos y sentándonos a negociar con quienes han querido "ser grandes" haciendo del antimadridismo su razón de ser.
No han pasado ni 24 horas del primer partido liguero y AS y MARCA ya se hacen eco de una entrevista del bueno de Mou para la BBC, extrayendo un titular que da a entender que se irá "tarde o temprano" a Inglaterra. Noticias frescas, si señor.
Como no podía ser de otra manera, a esta hora, ya ocupa el cabecero principal de ambas ediciones digitales e imagino que dará para cuatro meses de debate deportivo nocturno. Lo de costumbre de tres años a esta parte. La semana que viene Mou tendrá a sus hijos matriculados en un colegio londinense para el año que viene y Pipi nos "desvelará" que el portugués ha empezado a tomar té a las cinco de la tarde para ir acostumbrándose.
Se avecina una temporada dura, como siempre, pero esta si cabe aún más.
No sentó bien al "mamporrerismo pantumaquero" perder la Liga el año pasado. No gustó ver como te dan con cien puntos en toda la jeta y menos aún que fuera el Madrid con uno que yo me se a la cabeza.
"El modelo", "el seny", "la humildat" y su puñetera madre quedaron hechos añicos la temporada pasada. El golpe de autoridad en el Campo Nuevo fue de órdago y esta gente es capaz de cualquier cosa.
Una vez retirado Iturralde, no os extrañe si en pleno partido nuestro, aparecen Sánchez Gordillo y su jornaleros para expropiarnos los puntos.
A la vuelta de la esquina tenemos una buena oportunidad para medirnos, por enésima vez, con los muchachos del Club que sigue empeñado en no ser español pero que no tiene los cojones suficientes de renunciar a jugar la Liga Española. Veremos que pasa.
Mientras tanto, se agradece que, entre tanta prima de riesgo, tanta situación económica lamentable, tanto paro, tanto hijo de puta etarra puesto en libertad, tanto recorte, tanto incendio, tantos y tantos problemas, vuelva de nuevo nuestra pasión.
Me hace gracia ver a tanto "intelectual" que siempre anda a la gresca con "la importancia" que le damos al fútbol, con que "el Madrid no nos da de comer", con que "hay cosas más importantes que el fútbol", con que "esto es para tenernos entretenidos..."
Mirad, el derecho de que te guste el fútbol y a su vez que sientas un amor incondicional por unos colores es total y absolutamente un ejercicio de libertad individual, o dicho de otro modo, me gusta el fútbol y soy madridista hasta la médula simple y llanamente porque me sale de los cojones.
Podría haber elegido "disfrutar" del Cine de Autor, de la lectura de la obra de Kafka o del cultivo de la acelga ecológica. Pero no. He elegido el fútbol como afición y al REAL MADRID C. de F. como PASIÓN.
Y eso, amigos míos, eso no hay situación crítica, económica o social que me lo estropee. Y al que no le guste, que se vaya al campo a coger amapolas.
HALA MADRID.
Nada cambia en este mundo futbolero que, de unos años a esta parte no es que se esté convirtiendo sólo en un negocio del que, por cierto, el que más partido saca es un marxista-troskista-comunista como Jaimito Roures sino que pretenden convertirlo en una especie de "deporte ñoño", en el que queda muy bien el "discursito" ese que tan de moda puso "La loca de Sant Pedor" y que su predecesor parece seguir a pies juntillas, despachándose con un enigmático "trataremos de dar ejemplo dentro y fuera del campo" en su primera rueda de prensa en un partido de Liga.
Como he dicho al principio, para nosotros no ha comenzado de la mejor manera posible, pero una vez hecha la autocrítica pertinente, lo que vimos ayer lo vimos, sin ir más lejos, el año pasado y ante el mismo equipo.
O cada día tengo menos idea de fútbol o en "La Masía" estudian periodismo el 99,9% de los locutores que retransmiten los partidos del Madrid. Vale que la primera parte fue floja pero, ¿en qué cabeza cabe hablar de "empate justo" vistos los méritos de unos y otros? ¡Coño! que la segunda parte fue un monólogo blanco que atrincheró en su área a los valencianistas y éstos no supieron ni quisieron hacer otra cosa que defenderse de nuestras embestidas.
Un Valencia que cada día resulta más repugnante, y ya es decir, que celebra los empates en el Bernabeu como victorias y al que, incomprensiblemente, nutrimos de jugadores (independientemente de su calidad) sin ponerles ninguna pega, facilitándoles los traspasos y sentándonos a negociar con quienes han querido "ser grandes" haciendo del antimadridismo su razón de ser.
No han pasado ni 24 horas del primer partido liguero y AS y MARCA ya se hacen eco de una entrevista del bueno de Mou para la BBC, extrayendo un titular que da a entender que se irá "tarde o temprano" a Inglaterra. Noticias frescas, si señor.
Como no podía ser de otra manera, a esta hora, ya ocupa el cabecero principal de ambas ediciones digitales e imagino que dará para cuatro meses de debate deportivo nocturno. Lo de costumbre de tres años a esta parte. La semana que viene Mou tendrá a sus hijos matriculados en un colegio londinense para el año que viene y Pipi nos "desvelará" que el portugués ha empezado a tomar té a las cinco de la tarde para ir acostumbrándose.
Se avecina una temporada dura, como siempre, pero esta si cabe aún más.
No sentó bien al "mamporrerismo pantumaquero" perder la Liga el año pasado. No gustó ver como te dan con cien puntos en toda la jeta y menos aún que fuera el Madrid con uno que yo me se a la cabeza.
"El modelo", "el seny", "la humildat" y su puñetera madre quedaron hechos añicos la temporada pasada. El golpe de autoridad en el Campo Nuevo fue de órdago y esta gente es capaz de cualquier cosa.
Una vez retirado Iturralde, no os extrañe si en pleno partido nuestro, aparecen Sánchez Gordillo y su jornaleros para expropiarnos los puntos.
A la vuelta de la esquina tenemos una buena oportunidad para medirnos, por enésima vez, con los muchachos del Club que sigue empeñado en no ser español pero que no tiene los cojones suficientes de renunciar a jugar la Liga Española. Veremos que pasa.
Mientras tanto, se agradece que, entre tanta prima de riesgo, tanta situación económica lamentable, tanto paro, tanto hijo de puta etarra puesto en libertad, tanto recorte, tanto incendio, tantos y tantos problemas, vuelva de nuevo nuestra pasión.
Me hace gracia ver a tanto "intelectual" que siempre anda a la gresca con "la importancia" que le damos al fútbol, con que "el Madrid no nos da de comer", con que "hay cosas más importantes que el fútbol", con que "esto es para tenernos entretenidos..."
Mirad, el derecho de que te guste el fútbol y a su vez que sientas un amor incondicional por unos colores es total y absolutamente un ejercicio de libertad individual, o dicho de otro modo, me gusta el fútbol y soy madridista hasta la médula simple y llanamente porque me sale de los cojones.
Podría haber elegido "disfrutar" del Cine de Autor, de la lectura de la obra de Kafka o del cultivo de la acelga ecológica. Pero no. He elegido el fútbol como afición y al REAL MADRID C. de F. como PASIÓN.
Y eso, amigos míos, eso no hay situación crítica, económica o social que me lo estropee. Y al que no le guste, que se vaya al campo a coger amapolas.
HALA MADRID.
11 agosto 2012
04 agosto 2012
CINISMO OLÍMPICO
Hace unas semanas nos enterábamos que a una atleta griega, Paraskevi Papachristou, su propio Comité Olímpico la expulsaba del equipo heleno para participar en Londres 2012 en la modalidad de triple salto.
Su "delito", colgar un chiste en Twitter.
Los chistes, como los colores, están para gustos. A unos les gustarán más verderones, a otros los de "Jaimito"... Los hay que ponen a caer de un burro a los del pueblo de al lado y otros con un humor hiriente hacen las delicias de los más incorrectos.
Pero no. El chiste de la buena de Paraskevi no gustó a sus compatriotas encargados de dirigir el cotarro olímpico, la expulsaron e hicieron escarnio público y sentencia inapelable de su conducta. Veredicto: culpable de racismo, xenofobia y no se cuantas cosas más.
Si fuésemos juzgados, los más afortunados en sus puestos de trabajo, otros en el bar y el resto en la calle por los chistes que contamos, que enviamos por las redes sociales o que, a modo de ocurrencia, nos inventamos, en España, quedaban libres de absolución Esteban Ibarra y cuatro más. El resto, al trullo, a trabajos forzados o a pagar la multa correspondiente por "malas personas".
Me imagino al inefable Esteban, deambulando sólo por las calles de España en plan Will Smith en "Soy Leyenda", por que el resto íbamos a estar a la sombra una temporada por contar el chiste del perro que se llama "Mis tetas", acusados de violencia de género, machismo e incitación a la promiscuidad a menores.
No había bastante con la griega, que aparece en escena el Comité Olímpico Alemán y "amablemente invita" a Nadja Rygalla, del equipo de remo, a abandonar su participación en los J.J.O.O., por que su novio pertenece al Partido Nacional Democrático Alemán y a la muchacha parece ser que tampoco le disgustan los planteamientos de dicha formación política germana.
Imagino que el C.O.A. estará formado por tres turcos (nacionalizados alemanes), dos tunecinos (nacionalizados alemanes) y un ghanes (nacionalizado alemán), o quizás no. Pero la gilipollez es soberana y, además de ir contra la propia Constitución Alemana, al discriminarla por motivos políticos, hace un flaco favor a uno de los pocos partidos que defienden una cultura, historia e identidad germana de la que cada día van perdiendo un poco más.
Es España no pasan esas cosas. Aquí hasta a los partidos que hay que ilegalizar por llevar 50 años asesinando, por odiar y despreciar a España, por asesinar españoles, les dejamos que se presenten a las elecciones, les pagamos entre todos el sueldo, y dejamos que gestionen a sus anchas una parte de nuestra Nación que llevan moldeando a su gusto e interés desde el año 78. Y encima, hay que pedirles perdón...
Y como "no hay dos sin tres", que decían en la tele hace un par de meses, me acabo de enterar que un tal Kim Collins, de San Cristobal, que pensaba yo que era de alguna Hermandad de Camioneros y resulta que es el nombre del país, también lo ha expulsado su Comité Olímpico. El motivo, acojonante, por querer cumplir el buen hombre con el sagrado matrimonio y desear yacer con su esposa.
A todo esto, os preguntareis, ¿y en España? ¿Alguien ha hecho "méritos" para ser expulsado en nuestro equipo olímpico? ¡Si, hombre sí! Méritos ha hecho. Pero no lo van a echar ni con agua caliente.
Y no, ni ha contado un chiste, ni tiene afinidad por un partido patriota, ni quiere echar un quiqui con su mujer. "Símplemente" ha dicho que "Juega con España por que no tiene otra opción" y que "En ningún momento juega pensando que lo hace por España"
Estaba tardando el "tonto de turno" en salir, se apellida Fábregas (mal empezamos) de nombre Alex. Juega al hockey hierba y además "saca pecho" diciendo que, ojito con la Selección Catalana de hockey que tendrían por que de "18 que van 16 son catalanes".
Hay que ser cínico, tener la cara dura y no oler la vergüenza para decir que "no tiene otra opción", ¿cómo que no Alex? La opción es clara: RENUNCIA A SER SELECCIONADO.
Renuncia a tu beca ADO, a tus privilegios, a tu paga, a tu salario, a lo que entre TODOS los españoles te pagamos para que nos lo "agradezcas" escupiéndonos a la cara. Ten un par de cojones y di NO a la "mamandurria" (me encanta este término) de la que chupas.
Lo triste es que no lo hará, lo tristísimo es que no será el único de los allí presentes que piense lo mismo. Pero lo más triste es que hallamos dado pie a ésto, a declaraciones como las del tal Fábregas. Que no se lecastigue, que no se le expulse por abominar de esa manera de tu equipo, de tu Nación. Que se vaya tan pancho. Esa es la mayor de las penas. No que llevemos a estas alturas tres medallas.
Al menos, siempre nos quedará el "consuelo" de ser los primeros en "Cinismo Olímpico", en eso no nos gana nadie.