02 abril 2014

JUANITO, HOY EN DÍA

Hoy se cumplen 22 años del fatídico accidente que acabó con su vida. La carretera nos privó prematuramente de verlo sentado en nuestro banquillo dirigiendo a nuestro Madrid, a su Madrid del alma. Pero, siempre me pregunto, cómo habría sido tratado el "Juanito jugador de fútbol" o el "Juanito entrenador del Real Madrid" hoy día. Me lo cuestiono, pero adivino las respuestas. Imagino el trato que le darían.

No puedo evitar pensar en un Juan, machacado y hostigado continuamente desde los medios. Reprochándole su vida privada "fuera de los terrenos de juego". Imagino al SPORT o al MUNDO DEPORTIVO sacando una portada suya, en alguna discoteca, durante el verano, pasándolo bien, como cualquier chaval de su edad. Pero criticado duramente y cuestionado en su profesionalidad.

Imagino, a un jugador de fútbol, recibiendo continuos insultos por su comportamiento pasional y visceral dentro del terreno de juego. Veo claramente a los Relaño, Segurola, Palomar y compañía, lanzando duras acusaciones contra él por "fomentar la violencia" al declarar que si "tuviera 15 años sería de Ultras Sur". Censurando que suba a las vallas del Bernabeu a celebrar un gol.

No puedo dejar de pensar en su no inclusión en una lista de la Selección Española, porque el "buenista" Del Bosque no vería reflejados, en un jugador como él, "los valores que hay que enseñar a la juventud".

Pienso también, en un jugador que no es canterano. Y como tal, ni AS ni MARCA otorgarían si quiera el derecho de pronunciarse en nombre del madridismo, aunque éste lo jaleara. Imagino a un Juan Gómez "Juanito" pitado e insultado en todos y cada uno de los campos de España cada vez que entrase en contacto con el balón. A un Juanito comparado con Messi, Iniesta y otros "modelos de comportamiento sobre el terreno de juego", llevándose, claro está, la peor parte.

Lo imagino cogiendo por el cuello a cualquier compañero de vestuario que hubiese osado llamar al eterno rival para pedirle perdón por lo ocurrido en un partido, así como, pidiendo públicamente la salida de éste del Club. A él, no le entraría en la cabeza, como buen madridista, que nadie antepusiera otros intereses personales a los del Real Madrid.

Pero también pienso en el "Juanito entrenador". Todo nervio en el banquillo. Pasional, visceral y desbocado. Igual que en el campo. Un entrenador cuestionado desde primera hora. Su vitola de jugador "nervioso, temperamental y protestón" le pasaría factura y muchos se apresurarían a decir que "no es entrenador para el Madrid".
A los pocos meses, las editoriales y redacciones de los periódicos lo tendrían claro: "Juanito no representa los valores del madridismo".
Tras una derrota ante el eterno rival, en campo contrario, en el que nuestro equipo es injustamente derrotado tras un nefasto arbitraje, lo imagino expulsado. Y mientras se dirige al tunel de vesturario, insultado por la grada rival, lo puedo ver encarándose a la grada. Respondiendo a los insultos.

También pienso en su reacción ante una provocación de un jugador rival, o del banquillo contrario. Lo veo en medio de la tangana. Defendiendo a lo suyos. Defendiendo al Real Madrid.

Lo imagino tras un partido, mientras los periodistas intentan acorralarlo con preguntas malintencionadas en las ruedas de prensa. Como parte de la campaña de acoso y derribo que, desde los medios, se lanza para que deje cuanto antes el banquillo blanco.

Mientras, en los periódicos, aparecen listas de futuribles al puesto que "sí se comportan como señores".
No puedo evitar imaginarlo en cada una de las situaciones escritas.

Él era así, por eso le admiramos. Porque era como nosotros. Entendía al Madrid de la misma manera. Pero, hoy día, no le dejarían sentirlo así. Como le ocurre hoy día a otros muchos.

De todas formas. Él no merece ni jugar al fútbol ni entrenar en nuestros días. Él no merece ver un Estadio Santiago Bernabeu frío y distante, salvedad hecha de los que muestran una fidelidad al equipo en las buenas y en las malas. Él no merece unas gradas pobladas de turistas, de Palcos VIP, de señores encorbatados a los que el fútbol importa un pimiento y tan sólo ven el Bernabeu como un rincón en el que prolongar una "reunión de trabajo".
Él no merece ver una afición rival, en minoría, enmudeciendo a, prácticamente, ochenta mil personas. Él no merece vestir una camiseta mancillada temporada tras temporada, con colores, formas y fondos que nada tienen que ver con la impoluta camiseta blanca que él gustaba de llevar.
Juan no merece asisitir al "circo mediático" como un muñeco de pin-pan-pun, al que den estopa a diestro y siniestro porque los "gurús mediáticos" consideren que "no representa los valores del Madrid".

Él jugó en una época en la que podía dar rienda suelta a su pasión. En la que no estaba sometido al acoso mediático que sí tendría hoy día. Una época en la que podía salir dando brincos del campo sin que ese hecho se viese "como un menosprecio al rival". Una época en la que el fútbol, los estadios, los aficionados y los jugadores eran más puros. Hoy día, esa "pureza" se ha perdido y, los irreductibles que pretendemos mantenerla, somos insultados, perseguidos, calumniados, hostigados y denostados por la prensa y sus acólitos.

Aún así, es triste no poder disfrutar de él en estos tiempos. No tenerlo como un referente en vida del madridismo en una época en los que hace falta alguien como él, para poner en su sitio a los que pretenden cargarse el Club con continuos ataques, como ocurrió con nuestro anterior entrenador, y ocurre con jugadores y aficionados radicales por defender lo que él defendía y hacerlo de la misma manera: sin complejos.

¿Cómo sería su vida como jugador o entrenador del Real Madrid en nuestros días? Triste. Sería triste, por el acoso que sufriría. Él no lo merecería. Pero estoy seguro de que, en el cielo, sigue enfundado en su elástica blanca inmaculada con el 7 a la espalda. Allí, es féliz. Eso es lo impotante.

2 comentarios:

  1. Lágrimas en mis ojos al terminar de leerte.

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  2. Sin duda, Juanito ha sido el último gran defensor del Real Madrid. Después de él, la situación fue degenerando hasta la llegada de Florentino y con él, del Valdanismo, esa doctrina tan perniciosa consistente en poner la otra mejilla ante la provocación y agresión rival (fundamentalmente culerda) y que ha derivado en la situación de acorralamiento mediático que sufre el Real Madrid y que empezó allá por principios de los 80. Mientras hubo gente como Juanito, que defendía al club por encima de todo, el dique fue aguantando la inundación. Con la desaparición de gente como él y otros, el agua fue entrando en la casa. Y con la llegada de Valdano, (màximo exponente y quizá precursor de los madridistas disfrazados que denunció Mou) el enemigo comenzó a estar en nuestra propia casa y a colaborar por pasiva en el acoso externo al club.

    De este madridismo alternativo que se defiende en estas páginas y en otras depende que alguna vez podamos salir de esta situación. Pero lo veo complicado porque el camino es largo y difícil.

    Un saludo.

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