Ni el mismísimo Alfredo Relaño habría escrito un guión tan "perfecto", para sus intereses y el de gran parte de sus compañeros de profesión, como el que se ha desarrollado en estas últimas semanas en el Real Madrid.
Aunque, mejor dicho, se lo habrían tenido que escribir. Un personaje tan mediocre academicamente hablando, no da para mucho. Su paupérrimo paso por diferentes carreras hasta acabar en Periodismo, ya dejaba entrever la mediocridad de su pluma y, sobre todo, la futura nefasta gestión de un diario, AS, que sale a ERE semanal y con unas pérdidas en ventas de las que él y su línea editorial son los máximos responsables.
Concluye, de esta manera, la mayor campaña de acoso y derribo al que un personaje público ha sido sometido, y creo que no me equivoco, en los últimos 30 años.
Desde el mismo día que pisó la capital de España, a José Mourinho, ya se la tenían jurada los "Tardochequistas" de la prensa deportiva española.
Esos "milicianos", principalmente de la "Checa de Gran vía 32", que con el paso de las temporadas han ido abriendo "franquicias" en otras cadenas y grupos mediáticos, se han dedicado desde el primer momento en que el de Setúbal se puso al frente del Real Madrid, a tratar de derribarle a toda costa. El principal motivo: vieron drásticamente recortada su cuota de poder dentro del Real Madrid.
En ese mismo instante, el mediocre periodismo deportivo español en su inmensa mayoría, sacó toda la "artillería pesada" a la calle, en forma de editoriales, tertulias, artículos y debates que, hábilmente, llegaron a transcender el plano futbolístico, para ocupar espacios generalistas desde los que se continuaba atacando sin piedad al entrenador portugués.
"Persona que se daría a la fuga después de atropellar a alguien", arrogante, rácano y soporífero, deprimente, triste, poco inteligente, engreído, sombrío, gesto adusto, chulo, gilipollas, chamán de feria, Himmler redivivo, malasangre, quejica, dictador, ensuciador y enredador, nada inteligente, mal ganador y mal perdedor, tipo muy peligroso, nazi portugués, imbecil, niñato, intimidador, camorrista, paranoico, psicópata, prepotente y grosero, inmaduro, ególatra, contaminante, macarra de barriobajo, francotirador, sátrapa, manipulador y castigador, deficiente mental, impresentable, autoritario, lacra...
Todos y cada uno de estos insultos hacía Mourinho no vienen de ningún "foro" o red social donde los aficionados dan rienda suelta a sus "pasiones", no. Vienen firmados con los nombres y apellidos de algunos de los periodistas deportivos que, por desgracia, más trascendencia tienen entre la opinión pública, al desempeñar su profesión en los principales medios de comunicación: Manolo Lama, Paco González, Paco García Caridad, Diego Torres, Jose Joaquín Brotons, Alfredo Relaño, Santiago Segurola, Iñaki Cano, Roberto Palomar, John Carlin etc..., por no hablar de la "corte" de segundones con los Forjanes, Fernando Burgos o Antón Meana a la cabeza.
A esta lista de improperios también hay que añadir periodistas no deportivos y "personajes varios" que aportaron su piedra particular a la lapidación pública de Mou: Javier Sardá, Carlos Boyero, Julia Otero, Matías Antolín, Javier Marías, Alejandro Sanz, Mercedes Milá, José Blanco, José Samano, Marta Robles, Rafael Tabarés, Gonzalo Suarez, Emilio Martinez, Pablo Herreros etc...
Es innegable que la figura de Mourinho ha trascendido lo deportivo, no de la manera que muchos querríamos. Y es que, al ser éste un país de analfabetos funcionales, la masa social madridista tampoco escapa a los vicios que nos corrompen desde hace décadas.
Gran parte de la afición merengue, fía su criterio a personajes de pésima pluma como Tomás Roncero, que cumplen a la perfección su papel de "bufon histriónico del madridismo". El cuál, no dudo en bajarse del barco en los últimos meses, para convertirse en el "tonto útil" de PRISA, con el único fín de evangelizar las cientos de Peñas que visita con la "palabra de Relaño". Y ésta, no es otra, que la obsesión enfermiza por acabar de una vez por todas con José Mourinho como entrenador del Real Madrid.
Como decía al principio del párrafo anterior, la figura de Mou trasciende lo deportivo. Pero, como en este país somos poco "de pensar", hemos preferido presenciar y participar en un debate estéril sobre su figura, dejando escapar un análisis más pormenorizado sobre su tremenda personalidad y qué le ha llevado a ser idolatrado por las aficiones de los diferentes equipos que ha dirigido.
No. Aquí en España, nos gusta más hablar de sus "gestiones inmobiliarias en Londres", de si matricula a sus hijos en un colegio privado en Lugano, de las cajas de IKEA, o directamente inventarnos que vino a España para, al frente del Real Madrid, trazar un "maquiavélico plan" que acabase con la hegemonía de, lo que conoce el periodismo deportivo patrio y gran parte de la afición paleta de nuestro país, como "La Roja".
Todo ha sido mucho más sencillo que las miles de horas de televisión, radio y páginas que se han cubierto, hablando y discutiendo sobre Mourinho.
Lo que ha ocurrido, simple y llanamente, es que, vino un profesional como la copa de un pino a entrenar al Real Madrid. Un entrenador con un estilo de trabajo, muy diferente al "modus vivendi" al que estamos acostumbrados por aquí. Un técnico que fía a la meritocracia, la confección de su plantilla y su once inicial, a los que pide esfuerzo y sacrificio.
Una persona, sin pelos en la lengua, sin hipocresías, que vino, simplemente, a trabajar. Sólo vino a eso: A HACER SU TRABAJO. Y no le dejaron.
No le dejaron porque vivimos en una sociedad de imbéciles y cobardes en la que se ha perdido toda capacidad de análisis. Una sociedad, la española, donde se premia al "pillo" y se castiga al "trabajador". Una sociedad, la española, que se mueve al dictado de los grandes medios de comunicación. Una sociedad, la española, que se "indigna" cuando les dicen que se tiene que indignar y "aplaude" cuando les dicen que tiene que aplaudir.
Gran parte del madridismo es fiel reflejo de esta sociedad corrompida hasta las cachas. Una parte importante de la afición merengue está formada por desagradecidos que disfrazan de "exigencia" su eterna queja. "Madridistas" que, en pocas temporadas, pedirán la vuelta de la "mano dura" al vestuario. Ese "vestuario", (del que ya hablaremos próximamente), que de la mano de la Prensa, ha dinamitado un proyecto en el que muchos teníamos puestas nuestras ilusiones.
Probablemente, en este artículo, no haya aportado nada nuevo a los cientos de entradas que habéis podido leer en diferentes blogs que, estos días, muestran su queja, su pesar, su protesta y su denuncia, por el modo en que la Prensa Deportiva Española en contubernio, principalmente, con Iker Casillas, han acabado con la trayectoria de José Mourinho al frente de nuestro equipo.
Pero, me vais a permitir que "no me despida" de él. No quiero hacerlo. Me niego a pensar que en un futuro no volverá. Es complicado, pero me resisto a pensar que los caminos del Real Madrid y Mou no se van a volver a cruzar.
Muchos no lo merecen como entrenador. Pero otros muchos pertenecemos a ese madridismo combativo que lo tenía como referente, no de manera gratuita sino porque, como rezaba una pancarta exhibida en su día por Ultras Sur, "su voz era nuestro sentimiento". Hablaba por boca de todos. Pocos entrenadores, jugadores o presidentes, hemos conocido con un compromiso semejante al que Mourinho ha demostrado a lo largo de estos tres años.
Siempre escuchamos la cantinela, muy del gusto del actual presidente, de "tal o cual jugador a nacido para jugar en el Real Madrid" y, probablemente, volvamos al "circo" que llevará a escucharla de nuevo. Pero, una cosa tengo clara: Si alguien nació para entrenar al Real Madrid, ese es JOSE MARIO FELIX DOS SANTOS MOURINHO.
Reconozco que me ha costado mucho ponerme a escribir. El palo ha sido duro. El sentimiento de orfandad que deja en muchos de nosotros va más allá de lo estrictamente deportivo. Era el referente que no teníamos y que, tras su marcha, queda de nuevo desierto.
Pero queda su legado. Un legado que, no os quepa la menor duda, NOS DEBE SEGUIR MARCANDO EL CAMINO.
FUERZA MOU.
Pedazo de artículo como siempre..Mou siempre estará en nuestros corazones..un puto grande!!!
ResponderEliminarMourinho un entrenador honesto y trabajador en un club roto por intereses externos y egos de vestuario. Se ha enfrentado a todo lo que daña al club sin temer a las consecuencias y ha puesto a cada uno en su lugar.
ResponderEliminarMou se va y el topo sigue, nos arrepentiremos.
Después de leer tu artículo donde hablas de la "crucifixión de Mou", deduzco que algún día estará sentado a la derecha del Padre, jejejeje......
ResponderEliminar¿Y quién, en esa directiva de figurones mudos y parece que sordos, o tal vez autistas ha sido capaz de defender a un entrenador que aparte de sus funciones, tenía que defenderse y defender al club de los atropellos, aparte de los mediáticos, que sufría en los terrenos de juego? ¿Y qué decir de sus imperturbables portavoces, incapaces de poner en su sitio a los provocadores de turno o raclamar justicia ante los arbitrajes que todos sabemos, o denunciar la caza del hombre en la mayoría de las salidas del equipo.
ResponderEliminarNo, Mou no se merecía este club, incapaz de hacer frente común con él a toda esa patulea. Cobardemente le han dejado solo todos estos años. Mucho han de cambiar las cosas; el orgullo del que se presume no se compagina con esa inanidad.
10 puntos artista, las clavado, as escrito la pura verdad, lo que nadie tiene cojones a escribir. HALA MADRID Y VIVA MOURINHO
ResponderEliminarSobresaliente, no hace falta decir más
ResponderEliminarAcabo de conocer esta página y flipo ... es como si lo escribiera yo, como si mi pensamiento y mi mente estuviera en manos de otra persona que le ha dado al teclado. No puedo decir más que una cosa: ¡enhorabuena!!
ResponderEliminarMourinho no era perfecto, como nadie lo es ... Mourinho se ha equivocado en ocasiones ... como todos. El fútbol de Mourinho puede que no fuera "estético", como se dice ahora ... Pero Mou era un tío honesto, trabajador, frontal, y que, sin ser madridista de cuna, defendía al equipo que le pagaba con uñas y dientes. Y con una ilusión y unas ganas impropias de un alguien con una cuenta corriente de tantos ceros. Por eso es el número uno. Y por eso el Real Madrid, durante tres años, sabía a lo que jugaba y era un equipo competitivo y poderoso, que podía perder pero no hacer el ridículo. Lo que tenemos ahora es lo que hemos visto el sábado y lo que no era nada difícil de predecir que tendríamos. Acabaron con él haciendo morder el anzuelo a los madridistas tontorrones de la cuestión del "señorío" y "los valores"; Si señorío y valores es tragar con las declaraciones de Piqué, del Tata Martino, "del" Xavi o "del Rosell", yo me quedo con el dedo en el ojo.
Esa parte del madridismo ñoño que denuncias, adobada con algunos de los miembros del vestuario y apoyada por la práctica totalidad de la prensa de Madrid (que no del Madrid) acabó con Mou. Repasas y repasas y sólo hay un periodista deportivo de medio madrileño que sabía y decía como era Mou: Josep Pedrerol (ya es curioso que tuviera que ser un catalán). El resto, basura.
Y por supuesto, complice de ello es el miedo de un Presidente y una directiva que no se atreven a dar el paso para empezar la Reconquista. Porque el Madrid nunca (ni con Franco) ha estado en superioridad de medios con respecto al Barcelona, ni el sistema le ha ayudado, aunque el victimismo culé-catalán ha hecho creer eso a la opinión pública; pero en aquellos tiempos, había igualdad entre ambos y Bernabéu no se dejaba chotear, aunque alguna vez nos putearon de lo lindo (los arbitrajes de 1.960 en Copa de Europa y la final de Copa del 68 son dos ejemplos). Hoy, con un GRUPO PRISA antimadridista por convicción (Florentino impidió que el club acabara en sus manos, que se recuerde eso que no le perdonan), otros Grupos procatalanes como MEDIAPRO y su "Secta", más la Televisión Española concedida a los catalanes por Zapatero a través de Teledeporte y los ya beligerantes y vomitivos medios de la butifarra mediática (Cataluña medíatica) el Madrid está absolutamente rodeado y acorralado. Y desde dentro, miran y otorgan.
Es necesario que de una manera u otra, gente del Madrid de verdad y con conocimiento de las cosas, puedan llegar a fundar un periódico madridista y fundamentalmente antibarcelonista que denuncie las fechorías de este club pasadas (a toneladas) y presentes y que acabe por cerrar alguno de los dos medios madrileños que actualmente sufrimos (y si son los dos, mejor). La lista de esas fechorías culés sería innumerable, pero para nuestra desgracia, no aparece en ningún sitio.
Un saludo, y ánimo.
El problema es que su Legado no existirá, porque desaparece con él. Esta gentuza lo borrará de un plumazo.
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