EL PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DEL "BUENROLLISMO".

Hoy alcanza el "orgasmo del buenismo" toda esa tropa de indocumentados que se hacen llamar "periodistas" de AS, MARCA, CUATRO, SER, COPE, PRISA etc..., "pseudomadridistas", "madridistas disfrazados", "piperos", "madridistas de Palco Vip" y "antimadridistas" de diverso pelaje.
No porque les importe lo más mínimo que se les otorgue el Premio Príncipe de Asturias del Deporte a Casillas y Hernández, Hernández y Casillas, sino porque ven como dan un paso más en su penúltimo intento por desestabilizar al Real Madrid Club de Fútbol.
Un Real Madrid que en apenas dos temporadas ha conseguido igualar, y me atrevería a decir, superar, al "mejor Fútbol Club Barcelona de la Historia" y catalogado por muchos como uno de los "mejores equipos de la Historia", y eso duele.

Duele, porque el hostigamiento al que se somete al Real Madrid es algo inherente a la propia historia futbolística española. Es el rival a batir, el enemigo odiado por todos y, cuando funciona, hay que hacer lo posible y lo imposible por derrocarlo.
Si a esto añadimos como, desde la llegada de Mourinho a nuestro banquillo, se les acabó el chollo que muchos tenían de formar parte del "entorno blanco", nos encontramos desde hace tres temporadas con una campaña de acosamiento y derribo como nunca habíamos visto contra el Real Madrid C. de F. Y ya es difícil. Porque ESO es lo que realmente les duele. Ver a un Madrid triunfante, con record de goles, puntos y Liga en el bolsillo la pasada temporada, sin que a los otrora "influyentes" medios de Madrid importasen un pimiento al devenir deportivo de la entidad. Un equipo que encontró sin alma un portugués, al que no perdonan "sus maneras", cuando en realidad lo que no le perdonan es que directamente los mandase "al carajo" nada más aterrizar en Madrid.

"¿Y contra eso, qué se puede hacer?", pensaron. Muy fácil. Se subieron al "púlpito", reescribieron las "Sagradas Escrituras Madridistas" y se lanzaron con la cantinela del "señorío", "el respeto", "los valores" y toda esa retahila de sandeces reinterpretadas a su antojo para convertirlas en arma arrojadiza contra un Real Madrid, cuyo entrenador había vuelto a dotar de un alma que había pasado a mejor vida de la mano de los Pellegrini, López Caro o Luxemburgo de turno.
Pero ese "alma" no le gustaba a "los de siempre": Relaño, Diego Torres, Segurola, Lama, Gonzalez, Pulido, Castaño, Carreño, Burgos, Brotons, Matallanas etc etc etc, la lista es interminable. No les gustaba porque, desde su punto de vista antimadridista, el Madrid había mejorado notablemente y eso no lo pueden consentir y porque en ese juego de "doble agente infiltrado" habían visto como su "poder" en el Club blanco se había reducido a la mínima expresión. Vieron mermadas sus "sensacionalistas" portadas sobre futuribles fichajes que nunca se llevaban a cabo. Lo único a lo que dedicaban su jornada periodística laboral.

Entonces tiraron por la calle del medio: "Hay que hablar de valores". Y como hoy día el periodismo deportivo sufre una especie de interconexión mediática entre todas las cadenas de radio, televisión y prensa escrita, resultó muy sencillo "globalizar" el mensaje. Cabe recordar que, el que trabaja en la COPE también lo hace en CUATRO, el de CUATRO en TELE5, el de la SER en CUATRO, el de ONDA CERO EN EL AS, el de MARCA en la COPE, el de AS en la SER y alguno se me pasará que trabaje en todas a la vez. De manera que el mensaje caló, sobre todo en los que tienen como medios de cabecera a los anteriormente citados: pseudos, piperos, antimadridistas y fauna variada.

El Real Madrid de Mou representa el Mal, el Barsa de Pep (ahora de Tito) el Bien. Los jugadores madridistas eran una especie de ejército de la tinieblas y los culés un coro de querubines celestiales.
"Guerra de Clásicos", Eurocopa a la vista...., todos los condicionantes para hacer ver que un posible fracaso de la Selección era debido a las guerras púnicas del siglo XXI reeditadas por madridistas y azulgranas. Como culpable principal, por supuesto, Mourinho y el Madrid. 

Entonces, interviene como actor principal en esta pantomima orquestada y organizada desde los medios, nuestro Capitán: Iker Casillas.
Sinceramente, y sin estar de acuerdo en la "famosa llamada", yo sí creo que Iker hizo todo lo que él interpretó que era bueno con objeto de rebajar los decibelios, no así Hernández(y ahí están sus innumerables recaditos) que en cuanto pudo lanzó (y aún hoy continúa lanzando) ofensivas pullas contra el Real Madrid y especialmente contra su técnico, José Mourinho. 
Como Madridista a mí me hubiera gustado que el Capitán de mi equipo saliera al paso tajante y contundentemente cuando alguien comenta que la actitud e imagen del Madrid es , en todos los sentidos, "lamantabla".
Y de aquí salió un "premio" el Príncipe de Asturias mal llamado "del Deporte", porque en realidad es el enésimo intento por seguir en la dicotomía de "buenos y malos" en la que se han empeñado los medios y que trata de dejar en evidencia a los que no pensamos que las relaciones con nuestro eterno rival, con aquellos que no cesan en el insulto hacia nuestra institución, deban ser cordiales, de amistad y "buen rollo". Con nuestro entrenador a la cabeza.

     De hecho me la suda si el que lo dice (Hernández) es amigo o no de mi Capitán. El club que le paga y a quien representa es el Real Madrid. Por lo tanto se confirma que, sin histrionismos, ni tirones de pelo, ni rasgándonos las vestiduras, Casillas es un excelente portero, una gran persona pero sin embargo un deficiente Capitán del Club.
Últimamente ando ciscándome más de lo normal en él y me jode como a nadie tener que hacerlo. Me molesta soberanamente porque no soy de los que atizan gratuitamente al primero que lleva nuestra camiseta como hace un "comepipas" de tres al cuarto. De los que pitan en cuanto uno no se da una carrera o cuando pierde el primer balón, con el añadido de que Casillas es nuestro Capitán. Siempre les doy el beneficio de la duda y, como todo, tiene su límite. Y el límite, Iker, lo ha rebasado cuando no ha salido al paso de ningún ataque de su "amigo", siendo utilizado este comportamiento como arma arrojadiza contra nuestro Club y contra los que entendemos el madridismo de una manera visceral. 

      Pensándolo bien, tampoco hay que cebarse con el chico, aunque llevo tiempo haciéndolo, la verdad. Esa sangre fría y tibieza no es autoimpuesta. Es así desde crío. Es la misma frialdad que le permite enfrentarse a retos y unos contra uno con los mejores del mundo sin inmutarse. Desde que tenía 17 años. 
Por eso, creo que llegó el momento de dirigir definitivamente nuestras miradas a los de siermpre. A los que desde sus editoriales y micrófonos tratan de torpedear nuestra línea de flotación. Los que no soportan un Madrid Campeón y que quieren volver a tener una influencia en nuestro Club que no es propia de quien desempeña una simple labor periodística.

De ahí que un día si y otro también se empeñen en sacar titulares con los "votos de Casillas"...
Solo hay una cosa preocupante y que parece que pasa de largo. Los votos de Messi como capitán de Argentina o del capitán de Uruguay u Holanda no causan tanta polémica por una sencilla razón. Ni Dios sabe a quienes van a votar. 
Y si aquí lo saben, lo publican y pretenden hacer debate sobre ello es por un solo motivo, el de siempre: DESESTABILIZAR AL REAL MADRID C. de F.