16 diciembre 2010

MADRIDISMO EN ESTADO PURO.

(Extraido de los medios)

Asturias ondea en el Bernabeu. Un langreano sigue al Madrid desde 1981 con la bandera regional.

Fernando Vázquez, con la bandera, en su sidrería de Gijón.

Gijón,Miguel L. SERRANO

Si es usted futbolero, asturiano y además madridista, seguro que alguna vez le picó la curiosidad. ¿Qué hace una bandera asturiana en el fondo sur del Bernabeu? La respuesta no le pilla lejos, lo que hay en llegar a una sidrería del barrio de El Llano, en Gijón. Allí, detrás de la barra, entre cientos de bufandas y banderas de fútbol, avistará a un campechano langreano con una kilométrica historia que contar. La suya es la de la bandera asturiana más famosa de la Liga en Primera División.

Fernando Vázquez Sanjuán (Ciaño, 1962) profesa el madridismo por religión. Si no, resultaría complicado entender su peculiar afición, toda una demostración de amor a un color: el blanco. Un buen día, en 1981, bajó al muelle gijonés en busca de una enseña regional. No tenía mucho tiempo, el justo para comprarla y salir hacia Madrid, donde le esperaba un avión a Milán. En aquel partido, ante el Inter en las semifinales de Copa de Europa, en San Siro, se inició la maratoniana etapa por los campos de esta singular bandera.

Desde ese encuentro, Fernando Vázquez convirtió el «hobby» en rutina y comenzó a extender su mito. Sólo ponía una condición: que el partido se jugase un día entre semana. En fines de semana primaban las ocupaciones de su negocio de hostelería. Estudiaba el calendario y elegía el descanso de acuerdo con el Madrid. Lo demás corría por su cuenta. Es igual que fuera Champions, que Copa, que Liga, en casa o fuera; si el partido era entre semana, allá donde fuera el Madrid, se presentaba con su bandera. Y no cabían excusas. Ni el nacimiento de su hijo ni la convalecencia con 40 de fiebre.
Con un pañuelo madridista para cubrir su rapada cabeza y envuelto en la Cruz de la Victoria asturiana, comenzó a llamar la atención entre los asiduos del fondo sur de Chamartín. Tanto que se hizo un hueco entre ellos y se ganó un apodo: «El asturiano». «Todo el mundo en la grada me conoce así», afirma orgulloso. Entonces -década de los ochenta- la ausencia de asientos y la aglomeración de gente de pie dificultaban la aparición de la bandera. «Eran tiempos en que no había asientos y, aunque yo siempre la llevaba conmigo, no se veía», recuerda.
Pero la obligada conversión en localidades de asiento concedió a Fernando una privilegiada posición en el fondo: primera fila detrás de la portería. No lo dudó e hizo lo propio con su bandera, abonándola al fondo sur del Bernabeu, consciente del escaparate turístico que representa.
No le gusta desprenderse de ella para nada. Por no dejar, no la deja ni colgada en el fondo durante los partidos. Aprovecha las aproximaciones del juego a su zona para extenderla y la mantiene así mientras permanezca cerca. «Apoyo el pie sobre la valla, miro que esté al derechas y la sujeto con las manos. A veces es cansado, pero me acostumbro». Reposa luego, cuando la jugada corre hacia la portería contraria, e, incluso, la ondea con algún cántico.
No tiene coche, ni carné de conducir. Tampoco lo quiere. Viaja el mismo día del partido cuando es posible, y si se trata de trayectos largos, lo hace «como mucho» el día antes. Va y vuelve siempre en transporte público y viaja «con lo puesto». Suele ir hasta Madrid y allí sumarse al viaje organizado del grupo radical con el que se mueve. Y regresa después del partido, siempre. Desde 1981, se cuentan con una mano los partidos que se perdió del Madrid en Copa de Europa. Ha ondeado su bandera por Rusia, Suecia, Italia, Holanda, Francia, Inglaterra, Portugal, Noruega, Alemania...
No le importa echar horas. Como el viaje de Suecia para la final de UEFA de 1983. «Estaba en la mili y pedí quince días de descanso. Fuimos por carretera y tardamos en llegar tres días. Hicimos dos noches», recuerda. O la final de París frente al Valencia, para la que salió un martes de su casa a las 10 de la mañana y llegó a la misma hora de ese jueves.
Anécdotas no le faltan. En Turín le confiscaron la bandera en la puerta del estadio. «Creyeron que era anticonstitucional. Intenté explicarles que era de la tierra de Fernando Alonso, pero no me entendieron», rememora. De los estadios se queda con el Bernabeu, aunque admira el del Bayern. Vivió episodios embarazosos, como el de la caída de la portería en un partido ante el Borussia Dortmund. Estuvo en todas las finales, excepto la de la séptima en Amsterdam (1998). No le permitieron la entrada por ser una de las personas reconocidas en la foto de la portería derribada.
Tal es su madridismo que recuerda con gracia su primera visita al «coliseo blanco». «Estaba cortándome el pelo y vino mi tío a decirme que se iban a ver el Madrid. No les creí, pero cuando me invitaron obligué al peluquero a que me dejara el corte a medias». Fue un Real Madrid- Athletic de Copa en 1978.

De cada viaje se trae una bufanda o una bandera de recuerdo
. Tiene más de 600 bufandas y cerca de 415 camisetas oficiales, muchas en su sidrería.
-¿Cuánto gasta al año en ver al Madrid?
-En una temporada en la que el Madrid llegue a la final de Champions y lejos en la Copa, unos 6.000 euros. No soy de los que comen bocadillos, no escatimo; ya que voy, no me corto: pido hasta champán y todo.

8 comentarios:

  1. Los pelos como escarpias después de leer esto!!!!!!!!!!!! Dios, qué pasión, cuánta gloria acumulada tiene este tio!!!!!!!!!
    Arriba Asturias, Arriba España y Arriba Don Pelayo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Entonces vino al Camp nou, porque era Lunes!!!! se chupó la manita!!!!! jajajaja. Me encanta tu blog de humor tío.

    ResponderEliminar
  3. Es deprimente ver que mientras el sentimiento madridista sigue presente en humildes gentes como este asturiano, los mercenarios de la empresa Realmadrid (antes Real Madrid Club de Futbol) patalean porque la directiva ha negociado con ellos unas primas a la baja y "solo" se llevarían medio millón de euros.

    Cada día me asquea más este puto negocio, lo que yo veía de pequeño en la tele era otra cosa... un deporte, un sentimiento, una pasión... ahora no hay mas que hijos de puta vestidos de corto!

    ResponderEliminar
  4. Por cierto, mi admiración por D. Fernando, eso es amor por unos colores y no lo que hacen los hijos de puta que nos representan en el cesped;

    No conocía la historia de este señor, al que sólo conozco de vista... de verle de vez en cuando por el fondo, pero espero la próxima vez que le vea saludarle y profesarle mi admiración.

    Saludos y Hala Madrid !

    ResponderEliminar
  5. Joder yo he visto a este tio por el fondo sur pero no pensaba que venia de gijon solo para ver el Madrid. Es digno de admiración, madridistas como él son la esencia de este club en estos tiempos tan difíciles. Historias como estas se las debían poner a nuestros jugadores para que vean lo que se llega a sentir por nuestra camiseta. Un saludo, VOLVEREMOS!!!!

    ResponderEliminar
  6. 100% de acuerdo contigo Velasco, esto es madridismo y no el que profesa de boquilla el 80% de la plantilla del Madrid, toda la Junta directiva del Carapasa (¡¡a ver si se va de una vez!! y una parte de los, en teoria Madridistas, que como decia la canción "solo son del equipo cuando queda campeón"(y aun así sin gritar ni animar mucho no vaya a ser que se les fastidie la garganta) pues eso ¡¡Hala Madrid!!
    Saludos a todos los madridistas de verdad

    ResponderEliminar
  7. Quien pudiera gastarse ese dineral macho...

    ResponderEliminar