La lectura del partido del miércoles es clara, sencilla y contundente: tenemos al mejor entrenador del mundo y ha formado una plantilla capaz de acabar con la hegemonía de un equipo al que parecía imposible apear del pedestal.
Un pedestal sostenido por una prensa pesebrera autóctona (SPORT, Mundo Deportivo, TV3... entre otros), unos medios de comunicación del resto del país formados por redacciones enteras, directores de deportes y columnistas fabuladores que comparten a partes iguales antimadridismo, antimourinhismo y una pasión desbocada por los chuletones de jeta, el teléfono de un futbolista famoso y la foto con las tres Copas ganadas por la Selección Española de Fútbol, para ellos, "La Roja". Y por una "idea generalizada" impuesta, sobre todo, desde los medios anteriormente citados, por la que cada vez que salta al terreno de juego el equipo del "País de la esquinita" (Guardiola dixit), poco menos que "acaban con el hambre del mundo", acompañándoles una vitola de santidaT, bondaT y humildaT que para sí mismo querría el sucesor de Benedicto XVI.
El miércoles, el "zapatazo" a ese pedestal lo hizo saltar por los aires. Ojo, no digo que acabásemos con un equipo al que todavía le queda recorrido y con el que tenemos que seguir peleando en la misma línea que hasta ahora. Lo que si se consiguió fue confirmar que no estamos ningún peldaño por debajo de ellos, que lo que está ocurriendo esta temporada en Liga no afectó para nada el compromiso de la plantilla ante semejante envite y que NADIE puede llevar las riendas de este equipo mejor que José Mourinho.
Otra de las confirmaciones surgidas tras el encuentro fue ver como los jugadores del Fútbol Club Barcelona, desde el primer minuto, cayeron en una especie de espectáculo grotesco, una parodia de sí mismos. Se sucedieron las teatralizaciones de manera exagerada, las protestas al árbitro fueron constantes. Llegando al paroxismo de las mismas, en el instante en que el tal Jordi Alba, se encara fuera de sus casillas en la cara del colegiado, sin que el propio árbitro mostrase amonestación alguna a tal menosprecio.
El Barcelona el pasado miércoles fue una caricatura de equipo, no desde el punto de vista deportivo donde, sinceramente, creo que nuestros jugadores simplemente fueron mejores, jugando el partido más completo frente a ellos que recuerde, y van unos cuantos, no siendo nuestra victoria consecuencia del demérito del juego culé. Fue un hazmerreir de equipo, porque la previa ya la prepararon desde su tradicional victimismo, cuestionando la designación de Undiano Mallenco como árbitro del encuentro, poniendo la guinda del pastel en hasta tres "piscinazos" dentro del área y una continua dramatización de faltas y protestas a lo largo de todo el encuentro.
Ya no se si dichas protestas son como consecuencia de un intento de presionar realmente al árbitro o es producto del endiosamiento alcanzado por el FCB, tras varios años de total impunidad en sus acciones y reiterados castigos sobre el rival. Como muestra, el "protestadísimo" penalti sobre Cristiano.
El planteamiento diseñado por Mourinho fue ejecutado magistralmente por nuestros jugadores. A toro pasado parece fácil el envite, surgen noticias como que lo ocurrido fue "producto de la baja forma de algún jugador" culé o porque Messi tenía gripe. Mentira. El Real Madrid hizo un partidazo. Un regalo para nuestra vista y sobre todo para nuestro corazón.
Un repaso en toda regla del que pudieron disfrutar en campo hostil, más de 500 madridistas. Muchos de los cuales dedican tiempo, dinero, sacrificios personales y su vida a seguir al Real Madrid donde quiera que vaya. En las buenas y en las malas. Por todos, pero especialmente por ellos, esta victoria tiene un sabor muy especial. Se lo merecen.
Hablando de "Hazme reír de equipo", vosotros podéis escribir una enciclopedia.
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