Del "pulmón", "corazón", "garganta" y "voz" del Bernabeu, salió un nuevo cántico. Un madridista tuvo la genial idea y el Fondo Sur comenzó a corearlo. En ese momento, en el Bernabeu se empezó a escuchar: "¡Puro teatro, el Barsa es puro teatro!¡Puro teatro, el Barsa es puro teatro!".
Con Ultras Sur al mando, se fueron sumando miles y miles de gargantas de los madridistas que abarrotaban el templo blanco.
"¡Puro teatro, el Barsa es puro teatro!", retumbaba el Santiago Bernabeu. ¿El motivo? La teatralidad por norma de todas y cada una de las acciones de los jugadores azulgranas. La interpretación más exagerada y rocambolesca, ante situaciones del juego en las que perdían el control del esférico y que inmediatamente les llevaba a fingir faltas y agresiones inexistentes.
Una situación de hartazgo que llevó incluso al más "comodón" de los aficionados a unirse a los gritos que salían de los Ultras madridistas.
Esta situación no es nueva. Es norma que los futbolistas culés parezcan actores de una película de serie "B", sobre todo cada vez que se enfrentan al Real Madrid. Cualquiera puede pensar que, en los entrenamientos, practican a partes iguales el toque de balón, la puesta a punto física y el "Método Stanislavski".
"El Barsa es puro teatro". Una adaptación de la frase que pronunció el 22 de febrero de 2006 nuestro actual entrenador, José Mourinho, cuando estaba al mando del Chelsea, tras el partido de ida que los "Blues" disputaron frente al Fútbol Club Barcelona. La expulsión de Asier del Horno en el minuto 37 de la primera parte, provocó que Mou dijera que "Messi había hecho teatro del bueno", ya que "en Cataluña gusta mucho la cultura y el teatro".
Desde luego, si alguien se adapta a la frase que tanto gusta a Florentino repetir en cada fichaje que hace, esa que dice "ha nacido para jugar en el Real Madrid", ese es Mou, no para jugar sino para entrenar. Ya que en el año 2006, siendo entrenador de otro equipo, dejó para la historia el calificativo de "teatreros" sobre el equipo culé, y que a la postre, la propia afición madridista, hemos podido utilizar para dedicar un cántico la tropa de actorzuelos que componen el equipo de la Ciudad Condal. Siendo entrenador del Chelsea, su dedo, ya nos indicaba el camino...
Pero el gusto por la interpretación del Fútbol Club Barcelona, no se reduce a su comportamiento sobre el terreno de juego. El Barsa, el barcelonismo, el Club, la institución, los jugadores, directivos, cuerpo técnico y aficionados forman parte de una gran mentira.
El FCB es teatro, es una pose, es una manera de actuar, de fingir, de mentir. Una actitud hipócrita ante la vida.
"Nunca hablan de los árbitros", pero hablan de ellos y de qué manera. Dicen que "saben perder" y, quedó confirmado el pasado sábado que no saben hacerlo. Dicen que "saben ganar" y aún resuenan las palabras de Piqué diciendo que nos "habían ganado nuestra Liga y después nos iban a ganar la Copa de nuestro Rey", por no hablar cuando sacó a paseo los cinco dedos.
Presentan ante la opinión pública una imagen casi angelical de un Leo Messi que, por contra, no duda en escupir a contrarios, ayudarse de la mano en el objetivo del gol o golpear con violencia un balón sobre un aficionado madridista.
Uno de sus capitanes, Hernández, no duda en dar lecciones de humildad para luego compararse con equipos de ensueño y erigirse poco menos que en los "creadores del balompie".
Carecen de valores pero interpretan a la perfección el papel de los garantes de los mismos.
El Fútbol Club Barcelona, como institución, actúa de manera teatral. Fingen con tal de competir en nuestra Liga cuando la cobardía les impide dar un golpe en la mesa y renunciar a la misma. Carecen del valor suficiente para abandonar las competiciones deportivas de una Nación que aborrecen y hacen el "doble juego" de la "protesta independentista" y a su vez la "pertenencia silenciosa". Son magistrales en esta obra.
Su afición no escapa al arte de la dramatización. Considerada durante décadas como una afición con un alto grado de "seny", respeto a los rivales y saber estar, las experiencias allí vividas por nuestros jugadores dicen lo contrario: brechas abiertas en las cabezas, el episodio de "el cochinillo", akelarres independentistas en sus gradas..., son solo algunos de los ejemplos que se pueden contraponer.
"El Barsa es puro teatro". "Teatro del bueno" que decía Mou en 2006. Tan bueno que muchos se han creído los papeles que interpretan. Ellos y los que desde fuera les aplauden como un público entregado lo hace al final de cada función.
Y, hablando de "teatro", mañana jugamos en Old Trafford, conocido como "El Teatro de los Sueños". Allí juega el Real Madrid. Lo nuestro no es interpretar un papel. Ni como Club, ni como equipo, ni como afición. Lo nuestro ni siquiera son los "sueños", lo nuestro son las "realidades". Los "sueños", la mayoría de las ocasiones no se cumplen.
La realidad dice que nuestras vitrinas tienen 9 Copas de Europa. Mañana se abre el telón, los nuestros saldrán al campo a ganar, no a actuar. La Décima no es un sueño, es Real.
Gran argumento las palabras de Mou, al decir: "en Cataluña gusta mucho la cultura y el teatro", metiendo en el mismo saco a aficionados de equipos que no son el Barça con los que si lo son. Generalizas en el insulto sutil, ofendiendo gratuitamente a gentes que el Barça les importa mas bien poco.
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