Como bien sabeis, vivimos en una pais cargado de "surrealismo". Un país capaz de "abrirse" culturalmente y de "abrazar" a las diferentes nacionalidades provinientes de naciones extranjeras a los que se "respeta" sus tradiciones, aunque algunas de ellas atenten contra los Derechos Humanos, mientras que en nuestra propia Nación cada vez se marcan más las diferencias entre regiones y la tendencia es convertirse al "aldeanismo" y "provincianismo" más paleto y retrógrado.
Está bien vista la eliminación de "fronteras" y "diferencias" en aras de la globalización y por contra, se promueven las diferencias interregionales en España, qué paradoja.
Como paradójica resulta la supresión, por parte de la "progresía" de unos y los "complejos" de otros, como Fiesta Nacional ¡¡del mismísimo Patrón de España!!.
¿Imaginais que ingleses o irlandeses dejasen de celebrar como fiesta nacional sus respectivos días de San Jorge y San Patricio, patrones ambos de cada uno de los paises citados? No, ¿verdad?
Pero ésto es lo que nos ha tocado vivir. Un país desagradecido con su Historia. Un país que reniega a pasos agigantados de sus raíces cristianas. Unas raíces que cimentaron la posibilidad de convertirnos en una gran Nación, algo que logramos y que va desmoronándose como un frágil castillo de naipes gracias a un gran y maquiavélico proyecto de "ingeniería social" que comenzó a gestarse a finales de los 70 y principios de los 80 y que aún sigue en práctica.
Un "proyecto de ingeniería social" consistente en eliminar cualquier atisbo patriótico en la población, cualquier sentimiento de orgullo por pertenencia a España.
Un gran "ejercicio" de demagogia barata y de imposición de tópicos y clichés para dinamitar cualquier posibilidad de un resurgimiento y una consolidación de un espíritu verdaderamente Nacional.
Por desgracia, no es culpa sólo de políticos. Ellos sentaron las bases, pero la mayoría de nuestros compatriotas les creyeron y les siguieron a pies juntillas, y aún lo hacen.
Abducidos por la continua agitación del "miedo y el temor" a la vuelta a "tiempos pasados". Una historia reinventada y revisada que impone las bases del bien y del mal hace que, un día como hoy, pase prácticamente desapercibido para la mayoría de la población española.
Lo que debería ser un orgullo y un acto de gracias a quienes dieron su vida para que las futuras generaciones de españoles disfrutásemos de nuestro bienestar presente, expulsando de España a aquellos que pretendían invadirla y mancillarla con sus intolerante religión y cultura, se convierte en un episodio que "no merece la pena" recordar y que, en manos de la "corrección política" pasa a ser un "desagradable capítulo" protagonizado por nuestros ancestros...
Puede parecer "pecata minuta", o la "supresión de una simple Fiesta"..., pero es mucho más. Es la renuncia total a nuestro orgullo, a nuestra cultura, a nuestra tradición, a nuestros orígenes, en definitiva, a España.
Y luego, querremos salir de la crisis...
"¡Santiago y cierra, España!" es una tradición cultural española basada en un grito de guerra y autoafirmación pronunciado por las tropas españolas de la Reconquista, y las españolas del Imperio y de época moderna antes de cada carga en ofensiva.
La primera vez que se utilizó fue en la batalla de Las Navas de Tolosa,[cita requerida] por el rey Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra, y posteriormente fue utilizado en cada ocasión que se enfrentaban tropas españolas cristianas contra musulmanas.
El significado de la frase es, por una parte, invocar al apóstol Santiago, patrón de España, y por otro, la orden militar cierra, que en términos militares significa trabar combate, embestir o acometer. El vocativo España, al final, hace referencia al destinatario de la frase: las tropas españolas.
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25 julio 2012
06 octubre 2011
PEDRO GIL: UNO DE LOS NUESTROS.
Artículo extraido de los medios, sobre Pedro Gil, capitán de la Selección Española de Hockey sobre patines, la más laureada de la historia. Madridista confeso y Español por los cuatro costados. UNO DE LOS NUESTROS.


(El escudo de nuestro RMCF tatuado en el biceps del brazo izquierdo).
"No está cómodo con el traje. «¡Si es que nunca me pongo uno! Fíjate que le he pedido los zapatos a mi padre porque no tenía ningunos así de vestir». Y en cuanto acaba la entrevista, Pedro Gil se pone unos vaqueros blancos y una camiseta gris. «Ahora sí soy yo», sonríe el capitán de la selección española de hockey sobre patines, el equipo español más laureado de la historia, cinco Mundiales -el último el pasado domingo en Argentina-, y seis Europeos en los últimos 12 años, justo el tiempo que lleva Pedro dentro del equipo.
Juega en el Oporto, está considerado el mejor delantero del mundo y como tal vive en la zona de los mejor pagados en esto del hockey -«los que más cobran están entre 50.000 y 72.000 euros al año», cuenta-, pero al margen de eso se sienta en el sofá de una de las salas del CSD (Consejo Superior de Deportes) un tipo diferente. Acaba de recibir la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, pero se marcha pelín disgustado porque no pudo saludar a ninguno de los futbolistas de la selección española, que recibían la misma distinción que él. No pasa nada. Otra vez será. Habla alguien realmente diferente. Un bicho raro.
«Sí, a veces me siento así», reconoce. ¿Motivos? En un vistazo a las fotos de la selección española celebrando el título el pasado lunes, llamaba la atención que sólo había una bandera de España. La llevaba Pedro. «¡Claro! Soy catalán, pero me siento español», inicia, en un relato tan natural que sorprende. «Yo nací en Cataluña, pero toda mi familia viene de Cañete la Real, un pueblo de Málaga. Siempre hemos hablado castellano, mis tíos, mis padres, mis abuelos... Todos. Además, como el catalán es tan suyo...», cuenta sin aspavientos. Y resulta que a Pedro, el niño de esa familia de emigrantes andaluces, le dio por el hockey, un deporte marcado por el nacionalismo, beligerante como ningún otro en la pelea por conseguir que las selecciones catalanas participaran en competiciones internacionales -lo intentaron sin éxito en los años 2004 y 2005-.
«Yo vivía enfrente del pabellón donde jugaba el Noia, y un amigo jugaba al hockey. Los dueños del restaurante donde trabajaba mi madre me prestaron algo de material de sus hijos mayores, y así empecé». Así que Pedro, el tercero de cuatro hermanos, hijo de un albañil y una cocinera, se fue convirtiendo en un excelente jugador. Y llegó a la selección en 1999. Se encontró con que sus compañeros, la mayoría, preferían jugar con Cataluña. «Al principio no lo entendía. Yo les decía: '¿Qué hacéis aquí si no os sentís españoles?' Ellos me decían que era la única manera de jugar un Mundial o un Europeo, y tienen razón, claro. Aunque no lo sientan, tienen que jugar con España», cuenta. El paso del tiempo, la madurez, le hizo ser comprensivo con la ideología de sus compañeros. De hecho, con ellos, y con la mayoría de sus amigos, él habla catalán, en eso no hay problema.
«En la vida moderna hay que ser respetuoso con todo el mundo, mientras no se pasen con nada. Ellos piensan que soy yo el que está equivocado, que como soy de allí tengo que ser catalán. Pero España es lo primero, porque Cataluña forma parte de España, les guste o no», afirma el marido de Noelia, el padre de Kilian y de Luna, todos en Oporto esperándole pues allí se fue a probar suerte en el año 2000. Estuvo siete temporadas, volvió un par de cursos y en 2009 regresó a Portugal, donde el hockey es el segundo deporte tras el fútbol. De repente, aparece en la conversación de nuevo la frase: «Me siento como un bicho raro». ¿Por qué? «He escuchado de todo. Cuando voy a jugar a Cataluña me dicen de todo. Me dicen que soy un facha, un skin, un neonazi, y todo porque me siento español, porque me gusta jugar con la selección española y porque cuando ganamos saco la bandera de España y soy el único que lo hace. Por eso sí me tratan un poco mal, pero me da igual. No tengo porqué esconderlo, como tampoco escondo que soy del Real Madrid».
Porque claro, lo que le faltaba, encima ser del Madrid. «Desde pequeñito», insiste. Da fe el enorme escudo que lleva en su bíceps izquierdo, camuflado, eso sí, pues son más de 30 los tatoos a modo de adorno. Se hizo el primero -una telaraña con su araña y todo- a los 16 años. Sus padres no los descubrieron hasta que terminó la mili en Tenerife. «Le dije a mi madre que se quitaban en dos años. Luego le tuve que decir la verdad, claro», cuenta, divertido, alguien que lleva dragones, tigres, leones, los nombres de sus hijos, la inicial de su mujer, vikingos, el número con el que juega [9], a Jesucristo... Y no piensa parar, sólo faltaba, «porque esto es como un vicio. En cuanto ves un hueco libre, dices: 'aquí hay que hacer algo'». Su madre, a la que ya no sorprende nada de su muchacho, le llama El Álbum.
Por si alguno tenía dudas, es muy de Cristiano y muy de Mourinho. «Ha demostrado ser un gran entrenador y lo va a demostrar también en el Real Madrid. Ahora estamos más cerca que nunca del Barça, porque hasta que llegó él nos pegaban unos repasos que no veas». Por cierto, que el Madrid lo ha invitado a hacer un día el saque de honor en el Bernabéu. La primera fecha era el próximo día 15, contra el Betis, pero no puede porque tiene la Supercopa portuguesa. Buscarán otra fecha. «Sí, quedamos en hablar». ¿Quién le llamó? «No sé, con los nervios no me acordé ni de preguntarle el nombre».
Es uno de los premios que más ilusión le ha hecho. Porque está acostumbrado a que nadie se acuerde de ellos. «Nos sentimos un poco ninguneados, mediáticamente poco seguidos. Pero, vamos, que lo aprendes desde bien pequeño, y no nos importa, pero hombre, ¡que por la tele sólo den la final del Mundial!...», habla representando a sus compañeros de selección, amigos, con los que charla en catalán «sin ningún problema», insiste. Están enfadados con Zapatero, y mucho. «Dijo que la selección de baloncesto era la mejor de la historia cuando no lo es. Nosotros hemos ganado cinco Mundiales, seis Europeos, hemos perdido un partido en 12 años... Es algo que el deporte español no sé si va a volver a repetir». De momento, ellos ya piensan en el Europeo de Oporto, en 2012. Él piensa, claro, en castellano."
«Sí, a veces me siento así», reconoce. ¿Motivos? En un vistazo a las fotos de la selección española celebrando el título el pasado lunes, llamaba la atención que sólo había una bandera de España. La llevaba Pedro. «¡Claro! Soy catalán, pero me siento español», inicia, en un relato tan natural que sorprende. «Yo nací en Cataluña, pero toda mi familia viene de Cañete la Real, un pueblo de Málaga. Siempre hemos hablado castellano, mis tíos, mis padres, mis abuelos... Todos. Además, como el catalán es tan suyo...», cuenta sin aspavientos. Y resulta que a Pedro, el niño de esa familia de emigrantes andaluces, le dio por el hockey, un deporte marcado por el nacionalismo, beligerante como ningún otro en la pelea por conseguir que las selecciones catalanas participaran en competiciones internacionales -lo intentaron sin éxito en los años 2004 y 2005-.
«Yo vivía enfrente del pabellón donde jugaba el Noia, y un amigo jugaba al hockey. Los dueños del restaurante donde trabajaba mi madre me prestaron algo de material de sus hijos mayores, y así empecé». Así que Pedro, el tercero de cuatro hermanos, hijo de un albañil y una cocinera, se fue convirtiendo en un excelente jugador. Y llegó a la selección en 1999. Se encontró con que sus compañeros, la mayoría, preferían jugar con Cataluña. «Al principio no lo entendía. Yo les decía: '¿Qué hacéis aquí si no os sentís españoles?' Ellos me decían que era la única manera de jugar un Mundial o un Europeo, y tienen razón, claro. Aunque no lo sientan, tienen que jugar con España», cuenta. El paso del tiempo, la madurez, le hizo ser comprensivo con la ideología de sus compañeros. De hecho, con ellos, y con la mayoría de sus amigos, él habla catalán, en eso no hay problema.
«En la vida moderna hay que ser respetuoso con todo el mundo, mientras no se pasen con nada. Ellos piensan que soy yo el que está equivocado, que como soy de allí tengo que ser catalán. Pero España es lo primero, porque Cataluña forma parte de España, les guste o no», afirma el marido de Noelia, el padre de Kilian y de Luna, todos en Oporto esperándole pues allí se fue a probar suerte en el año 2000. Estuvo siete temporadas, volvió un par de cursos y en 2009 regresó a Portugal, donde el hockey es el segundo deporte tras el fútbol. De repente, aparece en la conversación de nuevo la frase: «Me siento como un bicho raro». ¿Por qué? «He escuchado de todo. Cuando voy a jugar a Cataluña me dicen de todo. Me dicen que soy un facha, un skin, un neonazi, y todo porque me siento español, porque me gusta jugar con la selección española y porque cuando ganamos saco la bandera de España y soy el único que lo hace. Por eso sí me tratan un poco mal, pero me da igual. No tengo porqué esconderlo, como tampoco escondo que soy del Real Madrid».
Porque claro, lo que le faltaba, encima ser del Madrid. «Desde pequeñito», insiste. Da fe el enorme escudo que lleva en su bíceps izquierdo, camuflado, eso sí, pues son más de 30 los tatoos a modo de adorno. Se hizo el primero -una telaraña con su araña y todo- a los 16 años. Sus padres no los descubrieron hasta que terminó la mili en Tenerife. «Le dije a mi madre que se quitaban en dos años. Luego le tuve que decir la verdad, claro», cuenta, divertido, alguien que lleva dragones, tigres, leones, los nombres de sus hijos, la inicial de su mujer, vikingos, el número con el que juega [9], a Jesucristo... Y no piensa parar, sólo faltaba, «porque esto es como un vicio. En cuanto ves un hueco libre, dices: 'aquí hay que hacer algo'». Su madre, a la que ya no sorprende nada de su muchacho, le llama El Álbum.
Por si alguno tenía dudas, es muy de Cristiano y muy de Mourinho. «Ha demostrado ser un gran entrenador y lo va a demostrar también en el Real Madrid. Ahora estamos más cerca que nunca del Barça, porque hasta que llegó él nos pegaban unos repasos que no veas». Por cierto, que el Madrid lo ha invitado a hacer un día el saque de honor en el Bernabéu. La primera fecha era el próximo día 15, contra el Betis, pero no puede porque tiene la Supercopa portuguesa. Buscarán otra fecha. «Sí, quedamos en hablar». ¿Quién le llamó? «No sé, con los nervios no me acordé ni de preguntarle el nombre».
Es uno de los premios que más ilusión le ha hecho. Porque está acostumbrado a que nadie se acuerde de ellos. «Nos sentimos un poco ninguneados, mediáticamente poco seguidos. Pero, vamos, que lo aprendes desde bien pequeño, y no nos importa, pero hombre, ¡que por la tele sólo den la final del Mundial!...», habla representando a sus compañeros de selección, amigos, con los que charla en catalán «sin ningún problema», insiste. Están enfadados con Zapatero, y mucho. «Dijo que la selección de baloncesto era la mejor de la historia cuando no lo es. Nosotros hemos ganado cinco Mundiales, seis Europeos, hemos perdido un partido en 12 años... Es algo que el deporte español no sé si va a volver a repetir». De momento, ellos ya piensan en el Europeo de Oporto, en 2012. Él piensa, claro, en castellano."
28 marzo 2011
MADRIDISMO SIN COMPLEJOS VIAJERO
No podía ser menos y tanto el parón liguero como el de Copa de Europa también afectan al blog.
De manera que me vais a permitir que aparque el fútbol y os hable de algo que comprobé el pasado fín de semana: España se va al garete.
España se va a la mierda, a tomar por culo o, como dicen en mi pueblo, "se va a ir por donde amargan los pepinos". Salvo que alguien lo remedie.
Y no me refiero esta vez a la política pura y dura, ni a un partido u otro y menos aún al atajo de sinvergüenzas que "representan a alguien", no a mí, en el Congreso de los Diputados. Al final poneis cualquier radio o televisión, os enganchais a una tertulia y os enterais de lo que os convenga, que a mi esto ya empieza a aburrirme. ¿Por qué me aburre? Muy sencillo, porque a día de hoy son todos "unos hijos de puta", "unos corruptos", "unos ladrones". O la mejor frase de todas: "al final son todos iguales". Si, todo eso está muy bien.
Pero al final los demás como "corderillos" a depositar el voto religiosamente (hasta los más laicos lo hacen de esta manera) para que vuelvan a mantener sus puestos otros cuatro años. Durante los cuales se vuelve a repetir cíclicamente el tema: otra vez la cantinela de "son todos iguales". Pero aquí nadie pone remedio...
A lo que iba, ESPAÑA SE VA AL TRASTE. Y no es para menos pensar ésto después de visitar la españolísima Granada este pasado fin de semana (no, no fui a ver a la Selección Española), y comprobar in situ, como está literalmente tomada por el perroflautismo más regranao que te puedas echar a la cara.

No es solo que estén sentaos en una esquina con el tetra de Don Simón falso, u obsequiándonos a los viandantes con su nula capacidad artística, no. Es que viven allí. Hay una zona en especial que es como una especie de Ciudad Perroflautica, donde te encuentras a la gentuza como Pedro por su casa.
Tiene cojones el asunto, ¡¡en Granada!! Ciudad símbolo por antonomasia de la victoria española sobre el infiel sarraceno y esta chusma vilipendiando y mancillando la tumba de los Reyes Católicos con su presencia.
Parásitos sociales que basan su vida en la nula aportación a la sociedad a la que pertenecen pero que a su vez pretenden aprovecharse de todos los derechos que les ofrece la misma. Es preocupante ver de un tiemo a esta parte como este "estilo de vida" para algunos, jetas por naturaleza para otros, entre los que me incluyo, toman nuestras calles mientras nadie toma medidas.
Imagino que tendreis muchas opiniones que verter sobre esta escoria. No es para menos. Eso sí, a pesar de todo, no dejeis de visitar Granada. Una ciudad de la que todos los españoles de bien debemos estar orgullosos y procurar que la "peste" no se siga propagando por sus calles.
Estamos dejando que nuestro país naufrague a la deriva. Estamos dejando que esta modita de los cojones se extienda como una pandemia por nuestra sociedad. Que se convierta en un estercolero formado por este tipo de individuos y los que, peor aún que ellos, sin tener esa estética, los defienden. Esa progresía que aplaude el "arte alternativo" de los enemigos del jabón y que los mantienen como perros del Sistema que son.
Eso sí, en el viaje de vuelta, parada obligatoria en el mítico "Casa Pepe" y reposición de fuerzas con un exquisito bocata de Jamón Serrano y Queso Manchego. Porque después de visto lo visto es un orgullo que me tachen de casposo, retrógrado, cavernario, reaccionario o trasnochado, porque lo que tengo claro que soy es ESPAÑOL Y ORGULLOSO.
¡¡ARRIBA ESPAÑA!!
11 marzo 2011
7 AÑOS DESPUES... SEGUIMOS SIN OLVIDAR (por VELASCO)
... y pasaremos a cuchillo a los culpables y a sus cómplices.
Porque algun día se sabrá la verdad.
Y sabremos qué pasó con la mochila de Vallecas.
Y la implicación de los servicios secretos, la maquinaria propagandística socialista y las injerencias extranjeras aquel fatídico 11 de Marzo de 2004.
Ni olvidamos a nuestras víctimas, ni perdonaremos a los culpables.
España nunca se rinde...
¡¡ ARRIBA ESPAÑA !!

09 febrero 2011
06 diciembre 2010
LA VUELTAS QUE DA LA VIDA.
Ni resulta curioso, ni es una paradoja o contradicción encontrar innumerables comentarios en foros, noticias y blogs (aquí teneis algún ejemplo) sobre las "repentina" españolidad, españolía o fiebre patriota que han sufrido, con especial incidencia durante el verano. No resulta curiosos, porque es la hipocresía con la que viven estos personajes. Los bien llamados "patriotas de 90 minutos" se caracterizan por ser más españoles que nunca durante lo que dura un partido de fútbol, con la suerte de una prórroga o tanda de penaltis, algo más.
Empezaron a extenderse durante la anterior Eurocopa y llegaron al climax en el Mundial, son los de "La Roja". Cierto es, que bienvenidos sean los éxitos deportivos de nuestras selecciones nacionales, si sirven para despertar un sentimiento patrio del que, por desgracia, no tenemos noticias durante el resto del año y si me apurais, de nuestras vidas.
Es en este contexto donde surge una nueva especie de nuevo aficionado a la Selección Nacional: el españolista-oportunista-barcelonista. O simplemente: el bocachancla.
Este personaje se caracteriza por, en tiempos no muy lejanos, ser machaconamente crítico con la Selección Española, en lugar de apoyarla incondicionalmente (como hace ahora aunque nos mentan 8 entre Argentina y Portugal). ¿Cuál era el origen de su rencor hacia el combinado nacional? Muy sencillo, su desmesurado barcelonismo (aunque también podíamos incluir en este saco a atléticos, bilbainos, valencianistas...) y por inclusión su antimadridismo, le hacía recelar continuamente de los jugadores madridistas que ocupaban parte importante en el equipo de TODOS LOS ESPAÑOLES.
No hay que remontarse al pleistoceno para recordar partidos de España en Mestalla en los que se insultaba a Hierro o Raúl. Tengo datos precisos de uno de ellos...
Seguro que más de uno os habeis topado con "el bocachancla" de turno que no celebraba un gol del Buitre con España, "porque era del Madrid". Por no hablar de personificar en madridistas que tan noblemente vistieron la zamarra nacional, las eliminaciones o derrotas infringidas a nuestra Selección.
¿Qué ha cambiado en estos personajes para que, de repente, sean "tan españoles"? La respuesta es clara: la mayoría y el peso de internacionales de su Club en la Selección Española.
Antes, le importaba tres cojones un partido de España, ahora no se pierden ni uno, y lo que es peor, tratan de dejarnos en evidencia con sus comentarios y preguntas a los que NUNCA fuimos, somos y seremos sospechosos de no apoyar a España ( y no solo en la modalidad de fútbol).
Ahora, se permiten el lujo de pedirnos que nos mojemos en la concesión del Balón de Oro. Algo, que ningún impresentable de los que aquí denuncio, hizo cuando Don Raúl González Blanco lo mereció.
Esa unanimidad que se pretende desde la prensa y desde los aficionados "porque somos españoles", se la pasaron por el forro de los cojones cuando al 7 madridista hubo que apoyarle in-de-pen-dien-te-men-te de los colores, como piden ahora.
Este mamoneo entorno a Xavi e Iniesta, lo eché de menos a la hora de escribir editoriales, hacer comentarios y dedicar horas de televisión y radio en el año que Raúl debió ganarlo. Y no lo hicieron, desde la prensa, UNOS por el eterno complejo de "que no nos llamen madridistas" y OTROS por que por supuesto son antimadridistas.
Y con los aficionados ocurrió parecido, los únicos que no tuvimos reparos en indignarnos cuando a Raúl no le dieron el Balón de Oro fuimos los madridistas, el resto, felices y contentos como cada vez que se perjudican a nuestro Club.
¿Y van a venir ahora a darnos lecciones de deportividad? ¿Va a pedirnos un culerdo que nos mojemos y apoyemos a Iniesta o Xavi? ¿Van a venir a pedirnos que "demostremos si somos españoles"? ¿ Van a permitirse el lujo de dudar de nuestro PATRIOTISMO? ¿¡¡A nosotros!!? ¡¡Que, si algo nos caracteriza, es el compromiso con nuestra Nación LOS 365 DÍAS DEL AÑOS (y 366 cuando es bisiesto)!! Anda e iros a tomar por culo.
Me la trae al pairo quien se lleve el Balón de Oro, lo que me preocupa, como español es que ESPAÑA, con mayúsculas, salga triunfante en cualquier orden de la vida: deportiva, social, económica... Que a ESPAÑA no la destruya el odio y la revancha de rojos y separatistas (como la mayoría de ellos). Que ESPAÑA resurja como el Ave Fénix y recupere el sitio que nunca debió perder.
Y estoy seguro que eso, a un patriota de 90 minutos, le suda los cojones. A mi no.

11 octubre 2010
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